INFORMACIÓN FALSA QUE LOS ADULTOS MAYORES COMPARTEN EN LA RED ¿CÓMO?!




En plena tercera edad digital...



Diferentes medios digitales difunden una misma investigación.





Todo comenzó cuando el gran invento del ‘libro de caras’ o más conocido como Facebook, por descuido y sin capacidad de manejo de sus débiles fortalezas, dejó filtrar unos 50 millones de datos del perfil de sus usuarios para ser utilizados durante la campaña electoral del actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump en 2016.



Como todo se toma su tiempo, el acucioso trabajo de decenas o cientos de periodistas (profesionales) sumado a la coyuntura política mundial y la masificación de las redes sociales entre otros factores, permitió que casi dos años después de dicho golpe, se diera a conocer la tremenda fuga de información que, una agencia de comunicación estratégica del Reino Unido, había usurpado con los códigos de acceso de estos desprevenidos usuarios de la red social por excelencia: Facebook.
Desde entonces, las acusaciones no han parado, tampoco los estudios exploratorios y de carácter apolítico que se han tratado de hacer para explicar cómo, los expertos se dejaron robar tamaña maraña de datos sin notarlo y sin prever las tremendas consecuencias que esto podría generar a nivel virtual, real, nacional y mundial.
Esta crisis de confianza y reputación por la que el magnate Mark Zuckerberg tuvo que dar cara y reconocer ante autoridades del Reino Unido, Francia, Estados Unidos y la opinión pública mundial, las debilidades de sus sistemas de algoritmos, originó el nacimiento de un fenómeno denominado ‘fake news’.
Las fake news o en el idioma castellano las ‘paparruchas’, no son más que noticias falsas que circulan en internet a través de redes sociales de todo tipo: Facebook, twitter, whatsapp, y páginas web de dudosa procedencia. Estas han tratado de confundir, desconcertar y manipular a cientos y miles de personas en el mundo, con diversos propósitos, aunque el principal siempre ha sido el político.

Los adultos mayores y las paparruchas



Al cabo de un tiempo vertiginoso, y como colofón de la historia, salta la novedad de un estudio realizado por expertos de las Universidades de Princeton y Nueva York que precisan que son los adultos mayores de 65 años quienes se han convertido en los grandes difusores de las ‘fake news’. Esto debido a su falta de habilidad, destreza o ‘ingenuidad’ para consumir información falsa como cierta y originar la desinformación por doquier. Dado que la investigación no es concluyente, presenta dos hipótesis a saber: o los adultos mayores de 65 años no saben usar la tecnología tan bien como los jóvenes milenials o, el deterioro cognitivo propio de la ‘edad’ se deja notar en su predisposición a ser ‘engañados’ con las noticias falsas.

Si el mundo sigue siendo el mismo después de Mark Zuckerberg y su red social, es porque los seres humanos tenemos la capacidad natural de aprender y adaptarnos constantemente a nuevos panoramas, ¿será fácil vivir en la Siberia para un caribeño?, probablemente no, pero si se lo propone, es muy seguro que sí y a mucha honra. Entonces, ¿por qué mirar a los adultos mayores de la tercera edad como los inexpertos responsables de la diseminación de la desinformación a gran escala?
La desinformación es un fenómeno que ha existido desde siempre, la segunda guerra mundial la usó y le fue muy efectiva. Mucho mejor sería visibilizar las pocas políticas de alfabetización digital que existen en los países en Latinoamérica y el resto del mundo, que dejan vulnerable a este grupo etareo. Así como evidenciar que las malas prácticas del individuo social, han mutado del orden real al orden virtual, se ha readaptado a la nueva tecnología pero sin visos de mejora.
Miremos el caso de la generación ‘baby boomer’ (los actuales sesentañeros, nacidos después de la segunda guerra mundial hasta mediados de los años 60’s), es la generación que ha hecho la gran revolución tecnológica, solo por nombrar algunos nombres como Bill Gates (1955) fundador de Microsoft, Steve Jobs (1955) fundador de Apple, Richard Branson (1950) magnate de negocios o Jeff Bezos (1964) fundador de Amazon.
Con tal evidencia resulta poco creíble pensar que los adultos mayores por serlo, son inexpertos, la realidad es que aún existe una mirada discriminadora en todo esto.
Finalmente, si se va a seguir encontrando en la #TerceraEdad la excusa para justificar el mal manejo de las crisis de reputación de tantas marcas, líderes públicos, políticos, deportistas o influencers que se ven afectados por el exceso de auto exposición, se deja un mal precedente para todos. El desarrollo tecnológico que se espera para mejorar la calidad de vida del adulto mayor debe ser para incluirlo como parte activa de la sociedad de hoy y mañana, sin discriminaciones.




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