En qué deberíamos pensar para hacer de la casa familiar, el lugar más seguro para nuestros adultos mayores en la tercera edad
¿En qué pensamos cuando se habla de los
espacios físicos accesibles?, ¿en las personas con discapacidad, en las mujeres
embarazadas, en los niños pequeños o en los adultos mayores?...
Aunque suene
repetitivo decirlo, la calidad de vida de las personas de la tercera edad comienza
por casa, no solo por la actitud de la familia, sino por la adecuación de los
espacios comunes e individuales para hacer del recinto familiar el lugar más
cálido, confortable y seguro que podamos ofrecerle a nuestros padres y abuelos.
Ante la baja tasa de natalidad y el
incremento de la promesa de vida de los seres humanos, cada vez son mayores las
demandas de controles de seguridad que garanticen la tranquilidad de habitar
espacios amigables para todos, pero en especial para las personas adultas
mayores con o sin restricciones de movilidad.
¿Adecuar la vivienda, significa gastar dinero o invertir dinero?
La respuesta es simple, adecuar la vivienda
de tus padres o abuelos significa invertir en su seguridad con la tranquilidad
de que estarán menos expuestos a accidentes severos. No es un tema de dinero,
es un tema de inversión que incluye una alta disminución del estrés por
ejemplo, cuando van a tomar un baño. Cuánta posibilidad de riesgo inminente
pueden correr cuando van a tomar una ducha sin tener en cuenta el escalón de la
posa, el pasamanos en la bañera, la banqueta o el infaltable antideslizante que
puede salvarle la vida a cualquiera.
Los expertos aconsejan la adecuación de la
vivienda como una serie de cambios caseros que bien se pueden hacer en un fin
de semana o entre mes y mes hasta dejar todos los espacios accesibles listos. Adecuar
barandas, rampas y reubicar el mobiliario en las zonas comunes así como la
habitación de preferencia en la planta baja, forma parte de la adecuación de la
vivienda.
Para un desplazamiento adecuado, es
indispensable mantener los pisos secos para evitar los resbalones causantes de
innumerables accidentes domésticos. Así como también afianzar las losetas o
roturas del piso de cemento para no originar el conocido traspié con la
consecuente caída frontal. Es oportuno mantener los felpudos y alfombras fijas
o bien adheridas al piso, para disminuir el riesgo de deslizamientos.
Otra manera de facilitar la calidad de vida
en las personas de la tercera edad, es tener en cuenta que la iluminación de la
vivienda debe ser uniforme, no tener variaciones lumínicas en intensidad y
brillos porque los problemas de visión son muy evidentes en esta etapa de la
vida. Y de la misma manera, mantener los interruptores de las habitaciones muy
bien señalizados y accesibles para su rápido uso.
Cuando el dormitorio es la joya de la corona de mamá!
No han de ser pocos los hijos, hijas, esposos
o esposas que saben que el dormitorio es la zona minada de la casa, es el último
bastión para muchos adultos mayores especialmente en etapas iniciales de
demencia, donde mantienen sus leyes, sus reglas y sus autonomías hasta el
final. En este caso es oportuno ayudarlos (con la ayuda de un geriatra sería lo
ideal) a entender la necesidad de hacer algunas modificaciones en el área a fin
de mantenerse seguros y seguras.
La tarea no siempre es fácil, pero debería
tomar en cuenta algunos de estos tips: reducir el número de muebles a fin de no
tener la habitación recargada de objetos e impidiendo un fácil tránsito por
ambos lados de la cama. Importante, mantener la cama al centro de la habitación
y no a un costado pegada a la pared, pues no facilita nuestro acceso al momento
de ayudarlos a levantarse o acostarse. La cama debe tener suficientes cojines
(si no es cama clínica) y barandas laterales que los protejan de caídas
nocturnas. Sin duda es importante que la habitación se encuentre en la primera
planta de la vivienda y casi nunca (por no decir nunca!) en la segunda planta,
alejados del grupo familiar, porque esto genera una sensación de desvinculación
que solo es cuestión de tiempo para ver sus nefastas consecuencias.
Importante!
Conversar, preguntar, transmitir, y consultar, deberían ser las
acciones más importantes con nuestros padres y abuelos antes de proceder con
alguna adecuación de la vivienda. Recuerda
el Decálogo del Adulto Mayor. No olvidemos que
ellos construyeron sus propias casas y el impacto sentimental no debe pasarse
por alto en esta especial etapa de la tercera edad.
Editado por @TerceraEdadDigital
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