Lo que debemos tomar en cuenta para salir de casa con una persona adulta mayor
Vamos a dar una vuelta?!, esa era la frase
de papá y mamá cuando se alistaban para salir de casa a tomar aire y disiparse,
de tarde, de mañana o de noche, esas eran las palabras con las que se animaban
para salir a andar. Con el tiempo, sería mamá la convocante con aquella frase
tan usual y común en cualquier familia. No fue sino hasta cuando se le
diagnosticó el deterioro neurológico cognitivo, cuando advertimos que ya no era
tan fácil animarla a salir a dar una vuelta sin antes prepararnos con todos los
implementos necesarios para hacer de esa salida un momento de esparcimiento
para todos. Y es que en la tercera edad, las cosas pueden cambiar tan
vertiginosamente como cuando un infante da su estirón ... de un día para otro sin avisar.
No fue fácil, al principio pensábamos que
con andar despacio cogida de mi brazo y con la ropa apropiada, era suficiente.
Caímos en la cuenta de que necesitaría un bastón primero, luego unos zapatos
más apropiados y al final, que ir en automóvil sería la solución, así, hasta el
cambio a la silla de ruedas y varios etcétera. Lo cierto es que el cambio fue
progresivo de meses hasta años, en los que ser acompañantes de un adulto mayor
con movilidad restringida se convirtió en un planeamiento estratégico en el que
es mejor tener listos todos los implementos apropiados para salir a pasear, como
para ir de visita médica.
Tips a tener en cuenta cuando salimos con una persona de la tercera edad
La primera cuestión es tener claro que
cuando hablamos de salir con un adulto mayor, asumimos que es con su
consentimiento, que está de acuerdo y que además, le hace bien hacerlo, ya sea
porque es un trámite que necesita resolver o porque vamos de paseo. Lo segundo, y ahora sí en el sentido más
práctico, es programar previamente la rutina de la salida, por ejemplo, si
vamos a hacer la visita médica rutinaria es oportuno contar con un bolso de
salida, ya elegido, ya aprobado por él o ella, que contenga cosas como el
documento de identidad (indispensable), el número telefónico de algún familiar
más, el pastillero con los medicamentos correspondientes al horario que
estaremos fuera, y si es posible, los del horario siguiente por si nos vamos a
tardar. Incluir una botella de agua (siempre), implementos de aseo (toallas
húmedas, papel higiénico), un protector solar (siempre) y quizá, dependiendo
del nivel de movilidad que tenga, una gorra y una bufanda, un pañal. Y además,
dejar ese bolso ya equipado para las siguientes salidas, que no necesariamente
serán con el mismo acompañante (hijo, hija, sobrino o sobrina, nietos, ahijados
o esposos).
En tercer lugar y que forma parte de
nuestra logística, es prever el transporte con el que nos movilizaremos con una
persona adulta mayor, debemos tener en cuenta que los aplicativos nos pueden dar alguna
mala pasada y que siempre es mejor contar con un plan B. De igual manera si es
transporte público, dado que a pesar que hay asientos preferentes, puede haber
incomodidad en el trayecto y es bueno que como acompañantes estemos atentos a
cualquier movimiento brusco para evitar una mala fuerza que puedan hacer o golpearse
la cabeza, el brazo, la mano o hasta el dedo por ejemplo.
Como cuarto punto, es oportuno entender que
nuestros padres o abuelos, tienen sus propias decisiones, sus propios estados
de confort, por ejemplo, si vamos a ir a un restaurante de comida rápida como
cualquier otro, es sumamente importante considerar si van a sentirse cómodos.
No olvidemos que la característica de estos lugares, es ser bulliciosos, con
pantallas de TV a todo color, carteles brillantes, (un punto a favor es que
tienen baños accesibles, aunque no siempre en la primera planta), suelen estar
llenos de gente que entra y sale, tienen espacios de juego para los niños (los
gritos y risas son característicos), lo cual es bueno, pero no necesariamente
es algo que sume a su confort y tranquilidad, muchos de ellos quieren pasarlo
bien pero ser tomados en cuenta en algo...
¡Reflexión importante!
Como ya lo hemos reiterado en este mismo blog, preguntar, transmitir,
consultar, hablar, conversar, hacer contacto visual, cogerles la mano, es lo
mejor para mantenernos comunicados siempre con ellos, dejando en claro que son
importantes y que respetamos sus decisiones. Por eso mismo, es oportuno saber
manejarnos al momento de comunicarnos con otra persona, como un policía, un farmacéutico,
una enfermera o un médico, porque ellos deberían (no siempre lo es) ser los
primeros en hacer el respectivo contacto visual con el adulto mayor antes que
con nosotros y dirigirles la palabra, pues nosotros somos los acompañantes de ellos, no
sus dueños y respetamos su autonomía. Es muy importante que los hagamos
respetar frente a cualquier tipo de persona diciendo categóricamente su nombre y apellido completo (señor o señora tal...) en cualquier espacio, en un
parque, en una consulta médica o en una agencia bancaria, porque ellos no son
invisibles y debemos respetar su dignidad, así no lo puedan manifestar ellos
mismos fácilmente.
Editado por @TerceraEdadDigital
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